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Imagen de cabecera: Oleo "Ponteja Cal y Canto". Autora: Josefa Alonso Pinos, excelente pintora natural de Villoria de Orbigo.
La Ponteja Cal y Canto es un ojo de puente que se conserva a las afueras del pueblo, construido con los materiales que su nombre indica, y que según parece, construido en época romana, origen también del nombre del pueblo, llamado entonces Villa Aurea. Además de éste, existen otros restos de la misma época, probablemente una termas, alnoroeste delpueblo, en la zona llamada San Adrián, en la que además hubo también un núcleo habitado del que no quedan restos

domingo, 15 de julio de 2018

X aniversario de Poesía a orillas del Orbigo




El pasado 16 de junio se presentó en Veguellina "Instantáneas junto al agua", el libro con el que el Ayuntamiento de Villarejo de Orbigo ha querido conmemorar los diez años durante los que se han leido poesías a la sombra de los chopos que flanquean el Orbigo.


Excelente edición de Eolas Ediciones que recoge una selección de los poemas que los 49 autores participantes  han regalado a los asistentes en los atardeceres de 43 viernes de julio.
Nacido de la inquietud de Tomás Nestor Martínez, y con la imprescindible colaboración de Helena García Fraile, este certamen se ha ido consolidando a fuerza de versos verano tras verano.
Elena Santiago y Helena G.F.
Asistieron además del alcalde y el concejal de cultura, varios de los poetas participantes a los largo de estos diez julios, destacando la emocionada presencia de la escritora veguellinense y Premio Castilla y León de las Letras Elena Santiago, que hizo una pausa en su recuperación para asistir una vez más a un acto en su pueblo  y de Isabel, viuda de Fermín Lopez Costero, que nos dejó este último invierno.  
                         

 Hago un inciso para señalar que este autor ha sido el protagonista de la primera jornada de la XI edición, el 6 de julio. Este día  se le rindió a Fermín un emotivo homenaje "In Memoriam" en el que participaron Tomás Néstor, Helena G. Fraile, Pilar Blanco, Carmen Busmayor, Ester Folgueral y Antonio Merayo.

 



Fue esta una (re)presentación muy especial gracias a la creatividad de Marina Díaz Lafuente que ayudada por Blanca, Ana,  Toño, Noel, la propia Helena García Fraile y la  imprescindible colaboración de los niños Marina, Andrés, Marian, Carla, Amalia, David, Santi y algunos miembros del Club de lectura Río Orbigo y del grupo de Teatro local Arco Iris: MariLuz, Isabel, Helena, Dori, Vicente, Jose Luis, así como de la actriz Olga Mansilla, teatralizaron en una original performance una secuencia de algunos de los poemas contenidos en el libro.

Reproduzco aquí los poemas para que quede constancia de sus autores.
Nota: Para quien desee saber algo más de estos poetas, puede pinchar sobre su nombre para acceder a la web que en cada caso enlaza. Señalo su propio sitio de los que lo he encontrado.  Del resto, algo que me haya gustado de lo que he visto en la red. Si alguno de los aludidos quiere cambiar el enlace por otro, me lo puede enviar a jluislopezd@gmail.com

 

 

TARDES EN VEGUELLINA

A lo lejos… la tormenta rueda
                   vestida color violeta.


Nubes emborronadas
             acabarán en goteras.


Caminos y enredaderas
Jaras y moras abiertas
Praderas llenas de viento
Estremeciendo la hierba.


Mirlos besando la  hora
Mientras llora algún recuerdo


Se vacía la tarde
           y encendemos velas
A la tormenta     a la memoria


Somos camino       viento en la hierba
Somos la encendida vela.


                    Elena Santiago

DECIRTE

Recorreré los pasos lejanos
las palabras más consentidas
descenderé la vida
(la risa, el desconsuelo)
corrigiendo el destino
              te detendrás a mirarlo de cerca,
              y tal vez.
              tal vez puedas dejarme la mano
              sobre la cabeza cobijando un calor
                                             que me salve.


                        Elena Santiago


LA SEMANA
Háblame de Guevara los domingos.
Olvídame los lunes y los martes.
Invítame los miércoles al cine.
No dejes de pensar en mí los jueves.
Los viernes quiéreme como una loca.
Y los sábados cásate conmigo.
                      

 LOS PESCADORES DE PERLAS

Al atardecer—siempre sucedía
al atardecer—venían los muchachos
en fila india, a bañarse en tus ojos.
Se zambullían y buceaban entre ellos
igual que los pescadores de perlas
de los mares del Sur.

A veces—sólo a veces—
alguno regresaba con el tesoro
de un recuerdo, de una mirada
de otro tiempo o de una imagen
insólita, hallada en el fondo
arenoso de tu retina.

Otros, lo que pretendíamos
era ahogarnos.
Por eso llevábamos los bolsillos
repletos de sueños
mucho más pesados que las piedras.

                          Fermín López Costero


EL ÚLTIMO INVIERNO


El crudo invierno cruje
sobre el árbol viejo.
La blanca nieve el duro suelo
con frío atenaza sus raíces
que aún se cogen fuertemente al suelo.
El viento más y más enfurecido
azota despiadado al árbol seco.


Sus ramas desgajadas rodando
cubren aquí y allá el suelo.
El árbol sabe, sin dudar,
que éste será su último invierno
a pesar de sentir que sus raíces
aún se agarran con tesón al suelo.


¡Son tantos los años transcurridos …!
Verdes años de árbol corpulento;
sus ramas acogían con cariño
los nidos de gorriones y jilgueros,
en su tronco escribieron los amantes
promesas que nunca se cumplieron.




Así … año tras año, largo tiempo …,
así fueron pasando cien inviernos.
El viento sin piedad arrecia,
se oscurece el cielo, ruge la tormenta,
un rayo traicionero al árbol llega
reduciendo a pedazos su altiva corpulencia.


El árbol arrastrado por el viento
en loca zarabanda va hacia la torrentera;
la corriente furiosa arranca las raíces
del viejo coloso de los bosques.


                            Manuela Rejas




(cipreses)


—ningún hombre es lo suficientemente triste
ninguna mujer lo suficientemente alegre

—una sobreabundancia de cipreses
en la orilla del mediodía

el paso del agua                  mínimo
la caída de la sombra          ilu(mina)

                               Víktor Gómez


EL DESAYUNO
Me gusta cuando dices tonterías,
cuando metes la pata, cuando mientes,
cuando te vas de compras con tu madre
y llego tarde al cine por tu culpa.
Me gustas más cuando es mi cumpleaños
y me cubres de besos y de tartas,
o cuando eres feliz y se te nota,
o cuando eres genial con una frase
que lo resume todo, o cuando ríes
(tu risa es una ducha en el infierno),
o cuando me perdonas un olvido.
Pero aún me gustas más, tanto que casi
no puedo resistir lo que me gustas,
cuando, llena de vida, te despiertas
y lo primero que haces es decirme:
“Tengo un hambre feroz esta mañana.
Voy a empezar contigo el desayuno.”
  
                      Luis Alberto de Cuenca


QUIZÁS



Quizás sea una brizna de pasión
o un cúmulo de risas,
o un batallón de besos,
lo que me aferra a esta tierra.


Quizás sea un imperfecto gusano con alma,
o un revoltijo de dudas
o un amasijo de deudas para con la vida,
pero aun así, amo a mi pequeño latido. Mi pequeño latido eres tú.


Quizás me pese el equipaje acumulado de los días cumplidos,
o me rinda ante la evidencia de mi pequeñez,
o me pueda la tristeza que anula al ser,
pero aun así, amo a mi gran latido. Mi gran latido eres tú.


Quizás no sea en ti según mi palabra;
pero si se iza sobre tu soledad, mi alegría de tenerte,
habré cumplido con creces, esta andadura errante,
que nos lleva a ninguna parte.


Quizás no tengan mis manos el poder de sanar,
ni sepan del vacío que dejan otras huellas,
mas, sienten el noble orgullo de ser portadoras de caricias
y de dejar un poso cálido y sereno en tu vientre amado.


Quizás el veneno del orgullo
haya matado segundos irrecuperables,
pero he inventado a tu lado,
una penitencia de solidaridad y cariño,
con la que doblegar el dolor;
con la que seguir tu estela de hombre bueno,
con la que me adjudico por unanimidad: la existencia.
 Manuela Bodas


                           


MARINA

Un nuevo atardecer.
Y los marineros echando las redes
en el mar de lágrimas
de tus ojos.

Y yo, mientras, buceando:
explorando pecios
en el fondo de tus pupilas,
Soñando tesoros imposibles.


                        Fermín López Costero


NADA Y TODO 

a Pepe Hierro


En el principio tal vez fue la nada:
un hombre, una mujer, la vida, todo,
el árbol de la muerte y, sobre todo,
las huellas de regreso, el tiempo, nada.

Tal vez en el final sea la nada
-incógnita y excusa para todo-,
la que venza al amor después de todo
e imponga su memoria blanca. De nada

sirve que el olvido administre todo
lo que el hombre sueña en vano. De nada
el corazón, la suerte y, pese a todo,

la carne amarillenta de la nada.
De Dios no quiero nada, de ti todo.
Aquí tienes mi piel. Gracias. De nada.

                               Raúl Vacas


CONOZCO EL AGUA



Conozco el hambre del agua cuando duerme
entre estrellas en una charca oscura.
Conozco la vasija donde se hace el hombre,
el brillo de los renacuajos que lamen la luz,
las extrañas visiones de la niebla,
las edades del agua,
la fuerza del agua esculpiendo el mundo,
la humildad oscura transformada en diamantes.
Lo que siempre comienza,
lo que nunca termina.
Lo que canta el agua.


                        Ester Folgueral


ASESINOS

Somos capaces de asesinar todos los sueños
si tenemos diazepám para dormir.
No quiero ser el espía ruso de tu salón
ni lanzarte más dardos ni arrinconarnos juntos…
ni ponerte una demanda en el asilo de la Plaza de Castilla
por haberme arrancado de cuajo el nombre,
por haberme hurtado todos los recuerdos
y avisar a un becario para que barra, despacito, la sal.

                       Raquel Ramírez de Arellano




Carta de buenas noches

Me gustas entre otras cosas porque sabes alcanzar; 
porque buscas huecos vacíos, abrazas, 
porque aplsatas tu magia contra mi intento de magia
y el mundo sigue casi igual.
              Me gustas, entre otras cosas, por tu exceso de
     execesos.
Porque sabes no elegir y suave,
con las manos bien entendidas entre sí,
me recorres sin premura, sin moldura aparente,
haciendo de mi cuerpo un sube y baja a modo de carretera
              curva,
temiendo el decisivo impacto.

             Es entonces cuando, aplaudiendo el intento, 
los párpados se bajan, se besan las pieles y,
muy adentro y muy afuera,
se hace sábana cómplice el silencio.

Rafel Saravia de La transparencia de las cerraduras









Helena tenía además preparada una emocionante sorpresa en forma de película que proyectó a continuación, recogiendo imágenes de los 43 viernes y 49 poetas participantes en Poesía a orillas del Orbigo.



Enlazo por último algunas de las reseñas recogidas de este acto por medios y blogs: 

https://tamtampress.es/2018/06/12/el-ciclo-poesia-a-orillas-del-orbigo-celebra-sus-diez-anos-con-una-antologia/


http://astorgaredaccion.com/not/18794/diez-anos-de-poemas-al-frescor-del-orbigo/

https://www.ileon.com/cultura/086902/poesia-a-orillas-del-orbigo-celebra-una-decada-literaria-en-veguellina-con-una-antologia

http://www.leonoticias.com/comarcas/diez-anos-poesia-20180617172914-nt.html 






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